lunes, 29 de marzo de 2010

CUENTO: HABÍA UNA VEZ UN EL Y UNA ELLA parte 3

Bueno continuemos con este cuento (o la cosa esta sin mucho sentido)

Se echaron a correr con dirección al bosque. El tipo de cosas que una persona normal no haría en la noche. Bueno, ni Él ni Ella son muy normales que digamos.

Corrieron unos minutos hasta que era muy frondoso como para seguir de esa manera. La oscuridad era casi total. Empezaron a caminar lentamente, ninguno decía nada. Repentinamente Él cayo al suelo. Se escucho una risa.

-¡¿qué demonios?! - gritó Él al caer - ¿por qué hiciste eso?

-Jajajaja, ¡estabas muy callado! - le respondió ella entre risas inocentes - de algún modo había que romper el hielo

-Oh claro, ¡Rompamos el hielo! ¡pongamosle cabe al ser mas cercano!

-¿Funcionó o no?

-Pero no...ok si funcionó.

-Suficiente entonces - dijo Ella alegremente mientras Él se ponía de pie - ¿Por qué te quedaste callado?

-¿Me creerías si te digo que no me acuerdo?

-Supongo, en fin, ¿hacia donde crees que estamos yendo?

-Juzgando por la dirección que tomamos al entrar al bosque...creo que hacia adelante

-Que bueno que uno de nosotros sabe eso - respondió alegremente Ella.

-Sip, además tarde o temprano llegaremos a algún sitio, para que preocuparse por detalles.

Con este pensamiento prosiguieron su marcha a lo largo del bosque. De cuando en cuando Ella trataba de hacerle caer a su compañero, pero el no se lo permitía. Mientras caminaban iban hablando sobre todo tipo de cosas, desde música y películas, hasta la causa del calentamiento global. Caminaron hasta lo que según sus cálculos sería las 12 de la noche, cuando finalmente llegaron a un claro en medio del bosque, iluminado únicamente por la luz de la luna, el viento soplaba ligeramente, pero no hacia frió. El ambiente era algo acogedor.

se recostaron en medio del claro...observando las estrellas, se quedaron callados un momento.

-¿Cuantas crees que hallan? - Dijo ella finalmente

-¿Qué, las estrellas? pues no se...¿5?

-¿solo 5? jajajaja - se rió - ¡estas demente! bueno...tengo sueño...¡hasta mañana!

Y se durmió. Él se quedo despierto. Toda la noche anduvo despierto con sus pensamientos arremolinándose en su cabeza. Tenia ideas de todo tipo, las cuales pasaban como páginas de un libro. De rato en rato se sentaba y observaba como dormía Ella, tan tranquila, inmóvil. Él no lograba conciliar el sueño, sus pensamientos lo mantenían despierto sin importar cuanto deseara evitarlo. Las voces en su cabeza le susurraban ideas, el las rechazaba. Y así llego el Amanecer.

FIN TERCERA PARTE

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